Foto: AFP |
Hola!!!
Este es un sitio para todos, donde una pichoncita construye su nido en el fascinante mundo del periodismo. Apenas comienzo a gatear y solo deseo motivarlos a todos a leer a nuestros periodistas y a quienes como yo, dan sus primeros pasos. También los invito a reflexionar, fantasear y enamorarse de nuestra profesión.
jueves, 28 de julio de 2011
ME ROBARON EL TECHO
lunes, 25 de julio de 2011
PINAREÑO… ¿Y QUÉ?
Aunque muchos tildan de «bobos» a los nacidos en la cola del caimán cubano, sus hijos desmienten con hechos fehacientes toda habladuría despectiva.
¿Ha sido usted en algún momento el centro de todo? Si es espirituano, habanero, avileño o matancero, tal vez no haya tenido la suerte de sentirse «importante». ¡Ah!, pero si proviene de la más occidental de las provincias cubanas, es poco probable que no conozca la experiencia.
Lo cierto es que donde llega un pinareño detrás viene el «chucho», porque «dejaron una concretera dentro de un cine», «construyeron una discoteca en la planta alta de una funeraria», «ponen el teléfono en el piso para que no se caigan las llamadas», o «cuando van a tumbar mangos, suben a la mata, los tocan, y si están maduros, bajan a tirarle piedras».
Pero esta visión del pinareño no es nueva, se remonta al siglo XVIII, cuando a la entonces Cenicienta de Cuba emigraron canarios, húngaros, gallegos, y junto a ellos todo un historial de cuentos que, poco a poco, pasaron a formar parte de la idiosincrasia vueltabajera.
SUBLIME OBSESIÓN
La obra de la Doctora Marta Martínez Llantada trasciende
los espacios de la pedagogía cubana y sobrevive a su ausencia.
“Desde pequeña sentí verdaderamente lo que llamamos
vocación por esta profesión. Fui de esas niñas que jugaba a la escuelita y le
daba clases a mis muñecas, no recuerdo exactamente si era autoritaria con
ellas, lo que sí puedo afirmar es que no eran participativas, lo cual no me
agradaba, porque una de las más importantes vías para educar es el diálogo
abierto, franco, y no la imposición autoritaria.”
Así se refirió a la raíz de su vocación por el
magisterio, la Doctora en Ciencias de la Filosofía Marta de las Mercedes
Martínez Llantada, fundadora y Profesora Titular del Instituto Superior
Pedagógico Enrique José Varona (ISPEJV), en la clase magistral en ocasión de su
investidura como Profesora de Mérito del Instituto.
SER HONRADO ES EL ÚNICO MODO DE SER FELIZ
Armando Hart Dávalos se siente orgulloso de haber
dirigido, desde su función de Ministro de Educación, los planes educacionales
en los primeros años de la Revolución.
Custodiada por las efigies del Apóstol y del Libertador
Bolívar, y por las imágenes de Fidel, Camilo y el Che, la oficina parece
reventar de libros. Esta vez el interlocutor no es el director de la Oficina
del Programa Martiano, ni el presidente de la Sociedad Cultural José Martí, ni
el entrañable amigo del líder de la Revolución. Tampoco quien fuera titular de
Cultura de 1976 a 1997, o combatiente de la lucha clandestina, o abogado.
Sentado detrás del escritorio está un pedagogo viajando en la máquina del
tiempo, Ministro de Educación desde 1959 hasta 1965: El doctor Armando Hart
Dávalos.
UN PERIODISTA PROVINCIANO
Aldo Isidrón del Valle, Premio Nacional de Periodismo del año 2003, escala el trono del reporterismo desde Villa Clara, su provincia natal.
En una columna del apartamento donde Aldo vive con su esposa destaca, en su vaina de cuero fino, un trofeo de la Patria: la Réplica del Machete de Máximo Gómez. Está escoltada por los Premios a la Obra de la Vida, en la Radio y el Periodismo, y la Distinción por la Cultura Nacional. La efigie del Che pareciera mirar con orgullo esa galería que honra a este periodista “provinciano”.
Su vida profesional la consagró a contar historias de un territorio transformado radicalmente por la Revolución. Aldo Isidrón del Valle, más que villaclareño un cubano de siempre, ha demostrado cómo asaltar el cielo nacional desde el centro del país. Hoy narra sus vivencias a lo largo de un devenir por la vida conquistando sueños.
“Mi niñez transcurrió entre más sombras que luces. Migajas de pan repartidas para nueve críos hambrientos. Asco de república esa. Fidel, en La Historia me Absolverá, captó una imagen real de aquella sociedad neocolonial.
ESCRIBIR PARA EL FUTURO
Los primeros periodistas no estudiaron en academias, ni recibieron clases de Teoría de la Comunicación, ni realizaron prácticas laborales en los medios. Los primigenios de nuestra profesión eran habitantes del pueblo y protagonistas de los acontecimientos que sucedían en “el reino de este mundo”, quienes dominaban el arte de la palabra y poseían, a su vez, algunas ventajas económicas que les facilitaba imprimir y distribuir sus artículos.
Investigaciones realizadas arrojan que la génesis del oficio pudiera ser el Acta Diurna, en el siglo I a.n.e, presentada por Julio César en el Foro Romano. Sin embargo, el periodismo como tal, hay quienes aseveran que nació en Inglaterra en el siglo VIII, aunque no fue hasta el siglo XV, con el inicio de la imprenta, que se comienza a hablar concretamente de la profesión. Aún existe la discusión sobre la publicación del primer periódico. Algunos plantean que el debutante fue el Nurenberg Zeitung, publicado en Alemania en 1457. Otros, en cambio, corroboran que la primacía la tuvo el Daily Courrant (1792) en Inglaterra, fecha esta que se acerca más al concepto moderno de una profesión que no rebasa los 300 años.
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